Ramón Tamames defendió en 1979 la protección de las Tablas de Daimiel, humedal manchego en Ciudad Real, frente a los intereses que proponían destruir este espacio natural. Colocamos aquí su discurso por el interés de conocer los antecedentes de este pionero que sigue en 2023 a pie del cañón disparando propuestas en el Parlamento para intentar avanzar en los temas de la conservación de la naturaleza.

 

 

11 DE DICIEMBRE DE 1979.-NÚM. 51, páginas 3372 – 3378 

 

DICTAMEN SOBRE LA PROPOSICION DE LEY RELATIVA A LA RECLASIFICACION DEL PARQUE de LAS TABLAS DE DAIMIEL. 

El señor PRESIDENTE: Proposición de ley sobre reclasificación del Parque de Las Tablas de Daimiel, con dictamen de la Comisión publicado en el (BoletínOficial de las Cortes Generales) del día 19 de noviembre. 

Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 249; a favor, 244; en contra, dos; abstenciones, tres. 

El señor PRESIDENTE: Queda, en consecuencia, aprobada la proposición de ley sobre reclasificación del Parque de Las Tablas de Daimiel. Para explicación de voto, por el Grupo Parlamentario Comunista, tiene la palabra el señor Tamames. 

El señor TAMAMES GOMEZ: Señor Presidente, señoras y señores Diputados, la proposición de ley del Grupo Parlamentario Socialista sobre reclasificación del Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel, que hoy se ha votado prácticamente por unanimidad en este hemiciclo, representa una aportación importante para ir superando muchos de los desatinos en la conservación del medio ambiente en España. Y puede suponer, si se opera con eficacia a partir de esta ley, la definitiva salvación de uno de los lugares más bellos de la Península y sin duda uno de los que tienen más trascendencia ecológica en relación con otros países europeos. 

Todo el mundo sabe que las Tablas de Daimiel es un espacio geográfico bien delimitado, en la confluencia de los ríos Záncara y Cigüela, y que está muy próximo a esos casi legendarios Ojos del Guadiana que sirven tantas veces de metáfora para tantos procesos que aparecen y desaparecen en nuestra Historia, e incluso en el acontecer cotidiano. Es una marisma continental de agua dulce, con una densa cobertura vegetal y con unas salpicaciones de islotes donde hay una fauna de las más interesantes de Europa. 

Mi compañero Joaquín Marin, del Grupo Parlamentario Socialista, cuando hizo la presentación de esta proposición de ley ya se refirió ampliamente a esta cuestión, pero estará bien recordar que en esa fauna hay una gran variedad de especies, como son los cangrejos, como es también una gran variedad piscícola, y desafortunadamente.. . (Rumores.) 

El señor PRESIDENTE: Perdone un momento, señor Tamames. Ruego un poco de silencio a la Cámara. …. Prosiga, señor Tamames. 

El señor TAMAMES GOMEZ: Señor Presidente, sin duda estos rumores están causados por la semana de esparcimiento parlamentario que ha habido y por el consenso ecológico que se ha producido, quizá de manera coyuntural en este caso. En los temas ecológicos esperamos que se produzca con frecuencia este consenso, porque la conservación de la naturaleza es algo que se refiere a las generaciones venideras, y todos los 

 

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grupos políticos de este Parlamento podríamos estar de acuerdo con facilidad. Estaba, señor Presidente, refiriénrdome a toda la variedad de la fauna de la zona y a uno de los desatinos ecológicos que han intervenido en su alteración, como es, por ejemplo, la entrada de la especie de los lucios, que ha supuesto la introducción de un verdadero depredador de las aguas, y la desaparición de gran parte de la población piscicala, pero manteniéndose la bifauna garzas, somormujos, toda clase de ánatidas, incluso las rapaces y algunos mamíferos acuáticos como las nutrias fundamentalmente. 

Pero lo más importante desde el punto de vista ecológico, a nivel europeo, es que las Tablas deDaimiel es una zona de invernada para toda una serie de migraciones de países más fríos de Europa, y también de cría para España y para el resto de Europa. Por eso su desaparición habría supuesto la pérdida de otro escalón más en las migraciones ornitológicas y habría representado una pérdida definitiva para lo que es un punto importante del ecosistema, puesto que las aves constituyen una parte importante del ecosistema, como muy bien saben los agricultores. Muchos de los problemas de las cosechas están rela- cionados con la conservación de itoda la fau- na avícola, e incluso se puede decir que la pérdida de toda una serie de características del ambiente se produce por el castigo sistemático de estas especies. 

Por otra parte, las Tablas de Daimiel han tenido siempre un reconocimiento de interés, podríamos decir consuetudinario, durante mucho tiempo. Fue un cazadero real desde prácticamente la Edad Media, y ya consagrado desde Carlos 111 hasta Alfonso XIII; una reserva nacional de caza reconocida en la Ley de 31 de mayo de 1966 y ratificada en la Ley de Caza de 4 de abril de 1970. Además, sobre todo, y esto es lo que crea una aparente paradoja o contradicción, está la exaltación de las Tablas de Daimiel en la Conferencia de Ramsar, en Irán, en 1971, sobre protección de zonas húmedas, convocada por la Unión Internacional de la Conservación de la Naturaleza, dándose la circunstancia de que al mismo tiempo que se estaban elogiando las Tablas de Daimiel como uno de los escalones de esas migraciones de la avifauna europea estaban entrando las poderosas máquinas de Obras Públicas y de la Junta de Colonización para hacer desaparecer las Tablas de Daimiel e ir a una desecación de una de las zonas húmedas más interesantes de España. 

Se puede decir que, en realidad, los problemas de las zonas empezaron bastante antes, con la Ley de 17 de julio de 1956, en donde se estableció el propósito de ir a una desecación dela zona para convertirla en regadío dentro de un vasto plan, Plan del Alto Guadiana, sin suficientes estudios del suelo, sin verdaderos proyectos y sin tener, en realidad, un balance económico de beneficios, incluyendo dentro de los beneficios los beneficios sociales, y dentro de los costes, los costes sociales, incluyendo los ecológicos. 

Se puede decir que en 1971, coincidiendo con esa conferencia de Ramsar sobre zonas húmedas a nivel mundial, ya Las Tablas de Daimiel estaban entrando en un proceso de desecación paulatina, no solamente por la construcción del canal paralelo al parque actual, sino, además, por toda una política prácticamente anárquica de sondeos para extraer agua del acuífero, y estaba descendiendo e’l manto freático de manera que ya los propios agricultores se dieron cuenta del problema. En 1972, las agricultores denuncian el problema, y es la Hermandad de Torralba de Calatrava la que pone de relieve que la bajada del manto freático amenazaba todas las explotaciones de regadío del entorno, y que Las Tablas de Daimiel hay que protegerlas también por razones económicas y sociales. 

En marzo de 1973 se denuncia esto a la Cámara Provincial Agraria y aparece toda una serie de planteamientos locales dirigidos por los que después van a ser los com- ponentes de ADREDA, la Asociación de Defensa de los Regadíos y de la Riqueza Ecológica de Daimiel, que encabeza, entre otros, Ricardo Ibáñez Gerez y otra serie de agricultores, que pocos años antes estaban, sin embargo, en parte por lo menos, convencidos de que los regadíos eran buenos, pero la experiencia de la baja del manto freático des empieza a cambiar de orientación, a poner de relieve una catástrofe ecológica, e incluso un grave problema económico y social: despoblamiento como consecuencia de la disminución de la cantidad de agua extraíble y, por 

 

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Creo que hoy el Congreso, al aprobar esta ley, ha dado un buen paso en esa mejora de la conciencia ecológica. Nada más, señor Presidente, señoras y señores Diputados.